Posteado por: pabloebarretoperez | 30/06/2010

¿Madre Tierra, Madre Tierra, o Naturaleza, agoniza por la contaminación con gases y venenos; y deforestación?

Salvajismo y voracidad capitalista la tienen al borde del abismo

¿La Madre Tierra, o Naturaleza, agoniza?

*El equivalente a 325 mil canchas de fútbol, de bosques, desaparecen cada año en la Madre Tierra

*Gases de efecto invernadero tienen ya  atosigada la atmósfera, lo cual podría provocar al 2050 aumentó en la temperatura de hasta 6 grados centígrados, más de lo normal.

*En Nicaragua, se destruyen 150,000 hectáreas de bosques cada año

*Sólo en México, hay 297 puntos tóxicos muy peligrosos

*Varios miles de especies de animales y plantas (flora terrestre y acuática) en peligro de extinción

*Los Tercer Mundistas debemos salvar a la Madre Tierra

*Pablo E. Barreto Pérez

Pablo Emilio Barreto Pérez

Astrónomos, geólogos, paleontólogos y otros científicos especialistas, afirman casi de forma unánime que nuestra Tierra Madre tiene unos 4,500 millones de años de haberse formado alrededor del Sol, y asimismo esa cantidad sorprendente de tiempo de andar errante, desplazándose a 108 mil kilómetros por hora, halada por esa Estrella llamada Sol, el cual a su vez es arrastrado por la gravitación poderosa de la Galaxia o Vía Láctea en que andamos todo el tiempo, cuyo movimiento de traslación en el Universo es de 210 kilómetros por segundo y da una vuelta completa o revolución completa cada 200 millones de años aproximadamente.

Esta Tierra Madre en que andamos los seres humanos, animales, plantas, aguas marinas y dulces, aire y todos los 92 elementos más esenciales de la Naturaleza, se ubica a 59 millones de kilómetros de distancia del Sol; se mueve entre los Planetas Marte y Mercurio, y se desplaza en una circunferencia de 938,900,000 de kilómetros, y según nos ilustran nuestros  astrónomos en ese peregrinar eterno en el Universo, que nosotros los seres humanos no percibimos nunca, vamos desplazándonos hacia la Constelación de Hércules a velocidades fantásticas en medio, o en las cercanías (¿?), de 100,000 millones de Estrellas similares o mucho más grandes que el Sol, en la misma Galaxia o Vía Láctea, donde nuestra Estrella, el Sol, está y se mueve ubicado a 30 mil años luz, al Oeste de la Vía Láctea.

Nuestros maestros astrónomos aseguran que inicialmente la Tierra Madre era una masa gaseosa ardiente y liviana, mucho más rápida en sus movimientos que actualmente.  En la medida del paso de miles o millones de años se fue enfriando y poniendo sólida en su corteza, rocosa, llena de suelos diversos, quedando todo lo extraordinariamente caliente en las profundidades, a más de 100 kilómetros hacia el centro de ella misma.

Ese centro de la Madre Tierra, se supone a 12 mil kilómetros, es ardiente a miles o millones de grados centígrados, tan caliente como la masa gaseosa del Sol, el Astro Rey en torno al cual giramos todo el tiempo, halado por una fuerza magnética de la mecánica estelar.

Los estudios evidencian, se ha sostenido, que la actividad calórica volcánica general, en forma de cataclismos colosales, fue formando los relieves montañosos, valles, cuencas, etc., y que poco a poco los vapores en vías de enfriamiento fueron también dando lugar a la aparición de las aguas y las primeras formas de vida.

El enfriamiento siguió avanzando lento, lentísimo, se supone, hasta que de los vapores mismos fueron brotando las aguas, se supone hace unos tres mil millones de años, lo cual dio origen a las primeras formas de vida, precisamente, en el agua.

Estos científicos especialistas han dicho que aquel polvo cósmico y gases de que se formó nuestra Tierra Madre, traía consigo los genes para que con el paso de miles o millones de años se fuesen formando, primero, los animalitos unicelulares, muy pequeños, mientras el enfriamiento superficial terrestre y la aparición y desarrollo atmosférico terráqueo  iban permitiendo la evolución de esas primeras formas de vida dentro del agua, en el suelo después y en el aire posteriormente.

Otros astrónomos, geólogos y biólogos teorizan acerca de que mientras en la Tierra Madre se desarrollaban las condiciones ambientales propicias para la aparición de la vida, por enfriamiento del agua, aparición de la atmósfera y del oxígeno, se registraron choques de cometas y meteoritos gigantescos en la superficie terrestre, los cuales, presuntamente, dejaban como consecuencia pegados los genes de plantas y animales  en el suelo de nuestro Planeta Tierra, uno de los más cercanos al Sol, que desde siempre nos “hala” con su enorme poder gravitacional en el Espacio o Universo infinito, ya mencionado.

Madre Tierra más pesada

Los astrónomos, geólogos y otros especialistas sostienen que en la medida en que la Luz del Sol, los cataclismos globales o erupciones volcánicas, el agua extendida en grandes valles o cuencas, el aire u oxígeno también extendiéndose como una inmensa masa de gas, el hidrógeno, la atmósfera y los nutrientes del suelo, fueron propiciando la vida por todo lados en la Tierra Madre, al mismo tiempo nuestra Tierra Madre o Naturaleza se volvió más pesada, más lenta en su desplazamiento por el Espacio, y por tanto más fácil de ser sometida por la gravitación del Sol y por tanto de la Galaxia misma o Vía Láctea en que andamos recorriendo millones de kilómetros todos los días en el Universo infinito.

Se ha sostenido asimismo que la vida en la Tierra quizás comenzó hace unos 3,800 millones de años. La vida fue evolucionando de forma lentísima. Hace unos 300 millones de años se registraron los períodos llamados cámbrico y carbonífero, los cuales dieron paso a una abundante vegetación que dio lugar a la formación acumulada del carbón por esa vegetación sepultada y al mismo tiempo a que la Madre Tierra o Naturaleza alojara en sus entrañas terráqueas enormes acumulaciones de combustibles fósiles (petróleo), esto último debido a la acumulación de materias orgánicas y carburos gaseosos de hidrógeno quedaron aprisionados entre las piedras o rocas profundas y algunas superficiales.

Hace 250  millones de años apareció la llamada Pangea. Esto significó que todos los Continentes o masas continentales estaban juntas, unidas, mientras los océanos, mares y otras superficies acuíferas asimismo eran una sola masa.

Según mis lecturas de artículos y opiniones de astrónomos conocidos, en este período de la Pangea, hubo un millón de años continuos de fuego volcánico en toda la masa continental y bajo la superficie marina. Las poderosas o colosales erupciones volcánicas generales transformaron de forma cataclística la superficie terráquea. La Madre Tierra o Naturaleza ardía en fuego, se fracturaban los suelos, se producían las elevaciones de cordilleras volcánicas y se delinearon, quizás las llamadas 12 placas tectónicas, que mueven permanentemente a la Corteza Terrestre, produciendo desplazamientos contantes mediante movimientos como los Terremotos y las apariciones de volcanes y erupciones volcánicas.

Separación de Pangea y diamantes por fuego volcánico

Hace 100 millones de años se produjo la separación de los continentes, o fin de la Pangea, debido a las transformaciones colosales que ha habido en miles de millones y centenares de millones de años sobre la superficie de nuestra Madre Tierra.

Entre otras transformaciones, o evoluciones constantes, estas erupciones volcánicas masivas formaron  los yacimientos de diamantes, como los existentes hoy todavía en Sudáfrica, en Sierra Leona, en Brasil, en Canadá, etc.

En este nuevo período aparecieron los dinosaurios y otros animales gigantescos, los cuales crecieron de esa manera gigante como consecuencia de que la vegetación tenía nutrientes potentes para acelerar el crecimiento.

Es ya muy conocido ya por el Mundo, mediante libros, revistas, películas, comparecencias científicas, por el esforzado y finísimo trabajo sacrificado e inteligencia de arqueólogos, paleontólogos, astrónomos, biólogos, antropólogos, de que repentinamente los dinosaurios, vegetación y otros seres vivos, desaparecieron por una serie de impactos de meteoros o meteoritos que produjeron explosiones gigantescas, catastróficas, entre otros lugares, en Yucatán, México, hace 65 millones de años.

Las explosiones extendieron el fuego, cenizas y otros materiales por toda la Madre Tierra, la cual no recibió la Luz del Sol por decenas o centenares de años, y de ese modo, la vida en ella, desapareció en casi un 60 por ciento.

De otros 50 millones de años hacia acá, hasta el sitio-tiempo en que estamos, por su evolución constante, e influida por los genes traídos en meteoritos y su misma masa gaseosa y de materiales o polvos cósmicos, formados hace unos 4,500 millones de años,  por la superficie terráquea ya fría, el agua también fría, por la aparición de una capa atmosférica, por la ya existencia asimismo de una capa de ozono en formación, aparecieron los mamíferos.

En este período, se asegura, aparecieron la colisión rocosa de las placas tectónicas de África y Europa, lo que dio lugar a la formación de los Alpes. Asimismo, aparecieron en este período el Cañón del Colorado, la cordillera de los Andes, la Cordillera del Himalaya, por ejemplo.

Algunos arqueólogos, paleontólogos, geólogos, biólogos y naturalistas, indican que en este período hubo levantamientos de cordilleras y mucha erosión. La evolución permanente de la vida, de millones de especies animales y de las plantas y vegetales, la evolución de las especies, continuó sin parar hasta hoy.

Seres humanos aparecen hace dos millones de años

Aunque no hay acuerdos definitivos, numerosos investigadores (arqueólogos, paleontólogos, geólogos, astrónomos, antropólogos, etc.), aseguran que hace unos dos millones de años aparecieron los seres humanos en África (y también en Asia). Algunos investigadores polemizan y afirman que en realidad el Hombre (y la Mujer) apareció hace siete millones de años, basándose en huellas fosilizadas.

Se han hecho numerosos descubrimientos sobre asentamientos Humanos antiguos en Sidrón, España, de más de 100.000 años; en Australia, de más de 30,000 mil años.

Sí ya es probado que los seres humanos, en forma primitiva, permanecieron mucho tiempo en cuevas y en los árboles en muchos sitios de África y Asia. También se ha probado que hubo migraciones hacia Europa, hacia el Norte de la Madre Tierra en busca de suelos más hospitalarios, pasaron por el Estrecho de Bering, llegaron o dieron la vuelta hacia Alaska y México, afirman arqueólogos, hace unos 20,000 años.

Mientras tanto, estos seres humanos se agruparon en Comunidades Primitivas, cuyo quehacer comunitario fue llamado Comunismo Primitivo por Federico Engels en su libro “El Origen de la Familia, la Propiedad Privada y el Estado”.

Estas Comunidades Primitivas Iban de un lado a otro, sobre hielo, vegetaciones inhóspitas y fuego volcánico, se asentaban a la orilla de ríos, lagunas, lagos, costas marinas o en valles, donde ponían en práctica la caza en grupos y cultivos de la tierra, más la recogida de los frutos en los bosques o montañas, para que todos comieran en la Comunidad. Vida en comunidad, vida  y trabajos compartidos.

Por supuesto, estas migraciones y Asentamientos Humanos duraron centenares o varios miles de años, tanto en África, Asia, Europa, Australia y América. Por esas migraciones, aparecen las culturas aztecas, mayas, incas, araucanas, quechuas, chipchas, etc.

Comunidades primitivas y la codicia esclavista de la propiedad privada

Estas Comunidades Primitivas se descompusieron. Apareció la codicia por la propiedad privada de unos pocos “vivianes”, quienes construyeron cárceles, se armaron, organizaron el Estado, se convirtieron en esclavistas, organizaron sus grupos armados o ejército, se impusieron a la inmensa mayoría de la Comunidad Primitiva, y de ese modo, comenzó la dominación de unos pocos sobre la mayoría y la explotación del Hombre por el Hombre.

De este modo fueron apareciendo asimismo las llamadas “civilizaciones” antiguas: Sumeria, Asiria, Babilonia, Egipcia, Griega, Persa, Fenicia, Sodoma y Gomorra, hace más de 6,000 años; y, finalmente, los romanos sanguinarios, genocidas, ladrones, cazadores de territorios ajenos (como el gobierno yanqui genocida de hoy) en la orilla del Mar Mediterráneo, hace un poco más de dos mil años.

Según los investigadores mencionados (arqueólogos, geólogos, paleontólogos, biólogos, astrónomos, etc.), mientras tanto hace un poco más de diez mil años hubo una nueva era de formaciones de hielo y glaciación en el Norte (Ártico), en el Sur (Antártida) y en cordilleras muy elevadas como los Andes e Himalaya.

La Madre Tierra o Naturaleza comenzó a ser explotada, arrasada en sus bosques, minas, aguas, suelos, cuando empezaron a desarrollarse las llamadas civilizaciones antiguas.

Se puede afirmar que los romanos comenzaron la era de conquistas sanguinarias y mortales de territorios ajenos, a cuyos habitantes colonizaron y empezaron a destruirles sus culturas, sus bosques, sus ríos, lagos y lagunas, sus formas de gobierno, y a robarles sus recursos naturales como oro en cantidades colosales.

Nuestros astrónomos mencionados indican que hace 800 millones de años, inclusive, hubo un cambio de polaridad en la Madre Tierra. El proceso electromagnético de este cambio de polaridad duró un millón de años. Es decir, fue lentísimo, y estos astrónomos aseguran que está en marcha “el inicio de otro cambio de polaridad en la Madre Tierra”.

 ¿Qué consecuencias catastróficas traerá?  ¿Habrán nuevas inundaciones colosales a nivel planetario, que podrían provocar pérdidas de continentes, de ciudades, de pueblos, de montañas, como lo de la Atlántida? ¿Se volvería a hablar del Arca de Noé, para salvar seres humanos y animales?

Épocas de hielo y glaciaciones

Estos mismos astrónomos, ahora auxiliados por paleontólogos, geólogos, biólogos y otros investigadores, aseguran que ha habido era glaciales, épocas de brotes generales de fuego volcánico, apariciones y desapariciones de masas de hielo más o menos cada 10,000 años, y que todas estas transformaciones y evoluciones constantes de la Naturaleza en la Madre Tierra, le han dado forma a la superficie terráquea, en la cual están los océanos, mares, lagos, lagunas, ríos superficiales y subterráneos, las cadenas montañosas y volcánicas, los valles, las sabanas, los desiertos, las tierras con abundantes nutrientes para las siembras, cultivos y para que todos los animales y cobertura vegetal pueda vivir y al mismo tiempo permitirnos la vida evolutiva a los seres humanos, los cuales al comienzo eran muy pocos.

Hoy, al 2010, somos 6,220 millones de pobladores en toda la Madre Tierra.

Después del régimen esclavista puro, cruel, sanguinario, apareció el feudalismo o régimen de servidumbre, consistente en que los señores feudales (condes, caballeros, marqueses… y toda esa porquería de la nobleza europea antigua) eran dueños de cantidades enormes de tierras, ganados, montañas,  con su ejército personal, todo enmurallado y dentro los campesinos en servidumbre, cultivando la tierra para que el feudal parásito se apropiara completamente de las cosechas.

Los campesinos, con excepción de los negros africanos, ya no eran esclavos, eran “libres”, pero estaban encerrados entre murallas, como virtual propiedad del señor feudal. En esta época y sistema, llamada de manera “elegante” y bonita” por los historiadores al servicio de estos explotadores, sí elegante, denominada “Historia Antigua”, con el fin de ocultar toda la brutalidad que había de por medio. Después, dividieron la Historia en “moderna” y “contemporánea”.

Estos señores feudales y los reyes colonialistas europeos emprendían cacerías o agresiones militares en contra de otros pueblos, para apropiarse de sus territorios y dominarlos, como los casos de los ingleses en la India, en territorio norteamericano, en Sudáfrica, por ejemplo; los franceses en Haití y robando territorios en la misma Europa, o los españoles en América, los portugueses en Brasil.

En América mataron 70 millones de indígenas, destruyeron la cultura y avances científicos de nuestros abuelos,  robaron oro y otros metales por cantidades colosales,  robaron las tierras de las Comunidades Originarias, nos impusieron su religión, su idioma, sus enfermedades, sus costumbres, sus mañas, sus prácticas delictivas, y algunos aprendimos a ser traidores y crueles como esos colonizadores genocidas. Al mismo tiempo, en sus cacerías de negros para esclavos en el  Suroeste de África, mataron a decenas de millones de africanos, y a los que cazaban, los llevaban como esclavos a sus plantaciones y a territorios colonizados en América, en la India, en Sudáfrica, a Filipinas, a Indonesia…

El feudalismo se convirtió en freno y fue derrocado por la naciente burguesía capitalista europea, cuyos dos actos históricos emblemáticos fueron la Revolución Industrial en Inglaterra (Siglo 17) y la Revolución Burguesa Francesa, casi al final del Siglo 18.

Feudalismo sanguinario da paso a capitalismo mortal

El feudalismo depredador fue derrumbado y ocupó su lugar el capitalismo, o modo de producción capitalista, más despiadado, más cruel, sanguinario, genocida, dedicado fundamentalmente a las ganancias, a la imposición del mercado local, regional y mundial en función de un puñado de capitalistas que posiblemente no son ni el seis por ciento de la población mundial, pero que se apropia de todo, todo lo convierte en negocio, en mercado y en dinero para ese puñado de maleantes.

 Es un sistema de producción más voraz en todo. Inmediatamente después de su aparición, la Madre Tierra y los seres humanos no capitalistas salvajes empezamos a padecer más aceleradamente la destrucción de los bosques, de las aguas superficiales y subterráneas, el saqueo de los metales en minas, los robos de territorios, las centenares de agresiones militares, el desplazamiento de pueblos y ciudades enteros en función de que los capitalistas tienen el interés de  fabricar dinero en cantidades colosales por medio del petróleo, carbón, gases, fabricaciones de automóviles en masa, ferrocarriles, aviones, electrodomésticos, ropa en Zonas Francas…

Es la era del imperialismo, de los monopolios, de las trasnacionales, de los bancos e industrias que los dominan todo, de los mercados unilaterales, del saqueo descarado de nuestros recursos naturales, de los robos de materia prima y de la imposición de precios por parte de los dueños de estos grandes negocios capitalistas, y de ese modo nos hemos ido quedando sólo con los huecos en nuestras tierras, con los bosques destruidos totalmente, con los suelos y aguas superficiales y subterráneas contaminadas con insecticidas, con 600 lagos secos en toda la Madre Tierra, con centenares de miles de ríos ya secos como el Telica, Acome, Sinecapa y Río Viejo en Nicaragua, porque estos capitalistas salvajes se robaron nuestros recursos, los vendieron y se convirtieron en hombres y mujeres con capitales personales y de corporaciones inmensos, que seguramente ya ni alcanzan en las bóvedas de sus bancos.

Una parte de la población pobre, arrinconada, ha ido también derribando bosques y matando animales silvestres para poder sobrevivir. La inmensa mayoría de los gobiernos de la Madre Tierra hasta el momento han sido como “juntas administradoras” de los intereses de estos capitalistas salvajes, permiten la destrucción y robos de nuestras riquezas nacionales. Es decir, estos gobiernos o “juntas administradoras”, a favor de las oligarquías locales y del gobierno yanqui, actúan contra sus países y sus pueblos.

Gases de efecto invernadero, mortales para la atmósfera

Con la revolución industrial mencionada se iniciaron las grandes fábricas con grandes chimeneas, más los ferrocarriles, los incendios provocados y no provocados, los refrigerantes, los aerosoles, más los casi 1,000 millones de automotores (al 2010) regados por el mundo entero, todos los cuales emiten gases de efecto invernadero, que están ocasionando el calentamiento global en la Madre Tierra. En Nicaragua, un país pequeño, ya tenemos 400,000 automotores, para una población de apenas seis millones de habitantes.

Al ritmo actual de la contaminación con gases de efecto invernadero en la atmósfera, al 2050 la temperatura habrá subido otros seis grados centígrados, lo cual la volverá insoportable, añaden estos especialistas, y agregan que las aguas marinas habrán subido hasta 90, lo que provocaría la desaparición de centenares de pueblos ubicados en orillas costeras de Océanos y Marres internos.

Al arrasar los bosques por negocios de los capitalistas salvajes, y por necesidades de sobrevivencia de comunidades campesinas en todo el mundo, desaparecen decenas de miles de especies de flora y fauna al mismo tiempo, pues sin el bosque los animalitos silvestres perecer, mueren, y quienes provocan su muerte, son, mayoritariamente, los negociantes capitalistas salvajes, pues los campesinos capturan animales silvestres, para comérselos, sobrevivir.

Al destruir esos bosques, se destruyen también las fuentes de aguas superficiales y subterráneas que nacían en ellos. 600 lagos grandes han desaparecido en todo el Mundo. En el Municipio de San Francisco Libre, al Norte de Managua, Nicaragua,  territorio pequeño, han desparecido 35 ríos cortos que eran afluentes del Lago Xolotlán o de Managua.

Según investigadores y especialistas, científicos, cada semana en la Madre Tierra desaparece una superficie de bosques equivalente a 325 mil campos de fútbol. Las ciudades “modernas”, los centros de diversiones para los pobladores urbanos también se van apoderando de sitios donde antes hubo árboles, matorrales y hierbas, mientras al mismo tiempo se construyen más y más estacionamiento y calles con cemento y asfalto, todo lo cual produce más calor, elimina la vegetación, mientras las corrientes pluviales se vuelven más rápidas y violentas hacia los cauces y partes bajas de las cuencas.

En Nicaragua, según nuestros especialistas forestales, cada año desaparecen 150,000 hectáreas de bosques, una parte extraída para negocios comerciales y uso poblacional, y la otra por las quemas o incendios en los meses calientes o “de verano”.

Al ritmo de destrucción masiva de bosques, aguas, suelos, que nos imponen los capitalistas salvajes por el negocio de sus mercados, por la codicia de sus ganancias, según estos mismos especialistas científicos, al año 2050 posiblemente ya estemos padeciendo temperaturas cercanas a seis grados centígrados por encima de las actuales. Esto mismo provocaría que al 2100 el nivel de los mares habría aunmentado 90 centímetros por encima de lo actual.

Además, sólo en México hay 297 lugares con residuos tóxicos acumulados, según dio a conocer la Secretaría Azteca del Medio Ambiente, hace poco tiempo. He leído en los últimos años sobre cómo deliberadamente se lanzas desechos radioactivos, de petróleo y de otros químicos peligrosísimos en las aguas de los Océano Pacífico, Atlántico, Índico y decenas de mares adyacentes a estas grandes masas de agua salada de nuestra Madre Tierra.

Negociantes malignos, animales en peligro de extinción

He visto los documentales en los cuales se denuncian a países imperialistas, capitalistas salvajes, como Japón, cazando ballenas y tiburones, pescados pequeños o que hace el truco de “arriar” los peces hacia determinados lugares, para atraparlos en gigantescas y poderosas redes. A los tiburones sólo les cortan las aletas y los devuelven al Océano.

¡Clase de criminales¡ ¡Estos son criminales sin castigo, nadie los ha castigado, es necesario enjuiciarlos y meterlos presos por esos crímenes contra la Madre Tierra¡

Según mis lecturas sobre el Reino Animal y la existencia de la flora, son casi dos millones de especies las conocidas hasta el momento en toda la Madre Tierra, aunque se siguen descubriendo nuevas especies tanto de animales como de plantas (flora), especialmente en las Selvas del Amazonas.

Son entre otros, los animales: 751 mil especies de insectos; 260,000 plantas, 124,000 antrópodos (con patas, como las arañas), 50 mil moluscos (de cuerpo blando, con concha dura), 47 mil hongos, 31 mil unicelulares (son animales formados por una sola célula como las amebas), 270,00 algas (plantas que viven dentro del agua), 25,600 especies de peces, 20,00 anélidos (son gusanos que tienen el cuerpo alargado, delegado y con anillos, como la sanguijuela y el ciempiés; 12,000 especies de nematodo (son gusanos de cuerpo alargado, redondos, sin anillos, como los parásitos intestinales en el hombre, las gallinas y del ganado; 9,000 zoofitos (son animales que parecen plantas, como el “agua mala”, 9,000 especies de aves, 6, 300 especies de reptiles (serpientes, tortugas, lagartijas; 5,000 especies de esponjas, como las esponjas marinas y corales; 4,000 especies de anfibios, parecidas a las ranas y sapos, lagartos; 4,000 especies de mamíferos (son todos los animales que al principio de sus vidas se alimentan con leche, incluyendo al ser Humano).

¿Cuántos de estos animales están en peligro de extinción por las acciones irresponsables de los capitalistas salvajes y de campesinos en la Madre Tierra?

En África: gavial, burro salvaje, chimpancés, elefante africano, gorila, gorila de montañas, guepardo, hipopótamo, lemur negro, leopardo, foca monje del Mediterráneo, perro salvaje africano, rinoceronte blanco, salmón del Atlántico y la ballena azul.

En América: Águila calva, cóndor californiano, halcón peregrino, pelícano blanco, tucán, caimán americano, tortugas marinas, tortuga lora, armadillo gigante, ardilla gris, ballena azul, ballena gris, ballena sei, hurón de pies negros, jaguar, lobo gris, manatí de Florida, marmota de Vancouver, nutria marina, ocelote, oso grizzly, oso hormiguero gigante, oso negro, puma del Este, tapir, lobo gris y salmón del Atlántico.

En Europa: Kagú, kakapo, tortuga lora, ballena azul, ballena de Groenlandia, ballena jorobada, ballena sei y foca del Mediterráneo.

En Asia: Ibis nipón, ballena azul, ballena gris, ballena de Groenlandia, ballena sei, caballo przewalzki, elefante asiático, guepardo, hipopótamo pigmeno, león de Asia, leopardo, nutria, orangutanes, oso panda gigante, rinoceronte de la India, tapir y tigre.

En Oceanía: Kakapo, águila morena o filipina, Takahe, tortuga verde y dragón de comodo.

Además de todo lo anterior, sólo he contado una partecita de la crueldad de los capitalistas salvajes en contra de la Madre Tierra, los 6,220 millones de habitantes tenemos encima la amenaza genocida del uso de las bombas nucleares o atómicas de naciones imperialistas, como Estados Unidos, con el pretexto de combatir ahora el narcoterrorismo. Usando el pretexto de las armas químicas de exterminio masivo, el gobierno genocida gringo invadió Irak en marzo del 2003, donde ya mataron a más de 100,000 seres humanos; allí han impuesto por el terror estatal desatado por ellos y también se roban el petróleo de los irakíes.

Ha quedado plenamente demostrado que a los gobiernos imperialistas les “importa un comino” la vida de los seres humanos, pues el mismo gobierno de Estado Unidos contaminó con radioactividad a decenas de miles de sus pobladores de Montana y otros sitios, cuando fabricaban las bombas atómicas que después lanzaron sobre Hiroshima y Nagazaki, en agosto de 1945.

Por tanto, salvar a la Madre Tierra nos toca a los seres humanos que vivimos en naciones del Tercer Mundo, en América Latina, en África, Asia, Oceanía y parte de Europa, porque nosotros, los ciudadanos honrados, apegados a la Naturaleza, a la Madre Tierra, tenemos derecho de defenderla, de conservarla, de mejorarla rehabilitando sus bosques, sus 600 lagos desaparecidos, de revivir sus decenas de miles de ríos destruidos, sus suelos para siembras y cosechas, porque nosotros vivimos en esta Madre Tierra, y no estamos pensando en irnos a vivir en Marte, ni a la Luna, porque a lo mejor eso piensan estos capitalistas salvajes, a quienes realmente ya no soportamos, porque todo se lo roban, hasta se han apropiado de las Naciones Unidas, de sus Agencias y su Consejo de Seguridad,  para explotarnos, para hacernos la guerra sicológica y militar en contra de toda la Humanidad, en vez de promover la Paz tal como la quieren todos los pueblos del Mundo entero en la Madre Tierra.

Respaldo sin vacilaciones los trabajos hechos por decenas de gobiernos representados en las mismas Naciones Unidas, donde ya presentaron la Carta de Salvación de la Madre Tierra. Apoyo las gestiones que han estado haciendo en este sentido, entre otros presidentes: Evo Morales Aymara, Daniel Ortega Saavedra, Hugo Chávez Frías, Raúl Castro Ruz, Rafael Correa, Cristina Fernández, Mujica, el Padre Miguel de Escoto, nicaragüense.

Los interesados somos nosotros, repito, no los que una vez más llegaron a  Copenhague (Dinamarca) a burlarse del mundo entero ofreciendo dinero, como a pordioseros, para que seamos nosotros solos quienes enfrentemos esta amenaza de desaparición de la vida en la Madre Tierra o Naturaleza, mientras ellos tienen riquezas fabulosas acumuladas, gracias al saqueo de las riquezas naturales de nuestra Madre Tierra.

24 de abril del 2010.

Pablo E. Barreto Pérez: periodista, investigador histórico, fotógrafo, Cronista de la Capital, Orden Independencia Cultural Rubén Darío, Hijo Dilecto de Managua, Orden Servidor de la Comunidad del Movimiento Comunal Nicaragüense, Orden José Benito Escobar Pérez de la Central Sandinista de Trabajadores (CST nacional) y Orden Juan Ramón Avilés de la Alcaldía de Managua.

Residente en la Colonia del Periodista No. 97, frente al portón del parque, en Managua. Teléfonos: 88466187, 88418126 y 22703077.


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